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Includes unlimited streaming via the free Bandcamp app, plus high-quality downloads of Capricornio / Barra Cero (Instrumentales), Valhalla, Recaptación, Revólver, Poemas para cuando se te caen los dientes. Parte 1: Abre la boca grande, El Grande, Perro de Vulca, La Historia del Cuchillo, and 27 more.
1. |
La Historia del Cuchillo
00:48
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La Historia del Cuchillo
Comienza en el extremo de una rama
con una piedra contra otra, en el fuego,
aunque otros dicen que fueron primero
los dientes y por extensión los huesos.
La Biblia no cuenta el procedimiento
con el que «Dios le quitó a Adán la costilla»,
pero en agua y barro está la semejanza.
Luego, el metal se hermanó a la piedra
y crecida la punta, el mango habló
de la cercanía de la carne a la mano,
del alcance al que se tenía la cosecha.
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2. |
Caín
00:51
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Caín
Podría escucharlo todo
con oído estoico,
gritos y pitidos,
silencios
que van dejándote
súbita
o lentamente sordo;
pero hay un ruido que me desuella:
el de las mandíbulas
secas por la rabia, trabadas
en la piel de otro;
la consciencia de la inutilidad
humana ante dos que se destrozan
porque eso les dicta la sangre;
asuntos en los que nadie mete la mano:
a saber, el poder tiene sus propias leyes
y hasta entre los perros hay razas,
y eso, por supuesto, a muchos les divierte.
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3. |
Panes
00:41
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Panes
La dicha del pan es multiplicarse.
En un idioma lejano los hombres son panes:
sólo las manos los dividen sin herirlos.
El pan es semilla agua fuego y aire.
Al elevarse dentro del horno comulga
la ternura de la carne y la tenacidad de la roca;
y hasta la más pequeña migaja que cae
a la tierra propaga la humanidad
de los puños etéreos que lo trozan.
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4. |
Cometas
00:34
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Cometas
Blancas como un hueso
las nubes jineteaban los techos
de barro de las montañas.
Desde la frontera
los hilos tiraban de los niños
y sus siluetas ascendían
hacia el sol de polvo.
Era el final de los días de sufrimiento.
Huérfanos, desposeídos,
con los ojos limpios cual huevos o ciegos,
volvían al sueño de lo conocido.
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5. |
Bazar
01:23
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Bazar
El olor de los kebabs
ahumaba la sangre de las codornices,
roja como jugo de granada;
los salmos chorreaban
de las barbas de los viejos,
con un gesto de dicha fuera del tiempo,
eran como niños babeando
en una ciudad muy nueva,
cuya memoria no estaba en ruinas.
Entonces todos los caminos
aún traían de vuelta, y el sol
lo mismo secaba el barro
que humedecía las telas.
Allí mezclados el sudor y la risa
con la sal, el té y las especias,
nadie se recordaba nómada.
Los perros esperaban a que les arrojaran,
echados, estoicos, entre sombra y fuego,
las vísceras de las gallinas y los corderos.
Al centro un joven daba vueltas
para hacer girar a la Tierra
y las mujeres se cubrían la mirada
del polvo que seguía migrando
con el viento y llevaba los restos
de las casas hacia algún paraíso
aun para los hombres desconocido.
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6. |
Polvo y Polvo
00:35
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Polvo y Polvo
Dejó de hablar
él que dijo tan poco.
André Velter
Las cenizas migran al menor gesto,
el hombre fue hecho de barro,
entre polvo y polvo.
La tierra no puede ser refugio ni reposo.
Pregúntale al árbol
que espera a que la fuerza del viento
lo arranque,
a que la intensidad del fuego
lo devore.
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7. |
Cueva
00:21
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Cueva
Escuchaba los dientes,
una risa parecida al sueño
rebotaba en la cueva del cráneo
como una carcajada
que va y viene
dentro de uno mismo,
por encima de uno mismo.
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8. |
Macbeth
01:50
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Macbeth
El olfato es violento
como el ruido. Las manos
absorben el olor de lo que tocan,
así también se conserva el aroma
de la comida en las vajillas
y los vasos. Todo lo que contiene
guarda la esencia de lo contenido,
e intentando que lo que he tocado
no toque lo que tocaré, me llevo
las manos a la boca como si fuese
a beber agua que recogí de un río,
en el que me he lavado
como una Macbeth que siente
que la sangre es una mancha
cuyo olor todos los olores
no podrían deshacer.
Si esta fresa tuviera olfato,
olería lo que ha sido cortado antes
en esta tabla, lo que ha cercenado
este cuchillo; olería la sangre
del perro que murió esta mañana
en mis manos, y tal vez me miraría
con desconfianza al saber
que una hora después con ellas
me llevé un trozo de pan a la boca.
De haber seguido vivo, el perro,
en cambio, hubiese disfrutado
ser acariciado con el olor de la comida;
no hubiese tenido que usar
el sentido que lo hacía perro
en el tufo de su propia sangre.
Pero como una perra que intenta seguir
un rastro para volver de donde vino,
olfateo de nuevo mis manos y sé
que por más que intente limpiarlo,
el aroma de la sangre tocará todo
lo que de ahora en adelante tocaré.
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9. |
Alazana
00:23
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Alazana
Le prendieron fuego a la vaca;
y según las escrituras hicieron
lo mismo con sangre y estiércol.
La ceniza purificaría a cualquiera
que hubiese tocado a un muerto.
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10. |
El Buitre
00:37
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El Buitre
La carne pegada al esqueleto
bajo el sol otea el buitre;
como una mosca gigantesca
haciendo sombra, danza
siempre a tiempo. El instinto
o la devoción al desperdicio
lo hacen pulir los huesos
hasta convertirlos en cuchillos.
Carnicero de ala y garra,
gato de mal agüero
en la azotea del cielo.
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11. |
Love Song
04:03
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Love Song
Después de descansar
como un par de pacientes anestesiados,
despertamos con el golpeteo
de las hojas de los árboles y la ventana.
Escucha ese sonido, dices,
aun cuando la mañana no ha comenzado
porque los gallos se extinguieron
y apenas se oye un ave
que grita apresurada a lo lejos,
sin saber hasta dónde llega su aviso.
Después del ave, la lluvia crece
y lo que se oye son piedras
rompiéndose contra el asfalto
que comienza a temblar, a llevar
aquel sonido al fondo de la ciudad
para emerger desde otro margen.
En unas horas tenemos que salir
aunque el sol no lo haga antes.
Ese sonido me hace saber
que por ahora estamos dentro,
y me cubro de nuevo hasta la cabeza
como un muerto que por mano propia
se cubre para acostumbrarse a su entierro.
Tú cierras los ojos y vuelves
a ser una sombra descansando
de sí misma; la noche te dejó
agotado de ser un animal
que bufa para morir con algo
de placer: esta tristeza
es más antigua que nosotros,
el lenguaje que la antecede también.
En unas horas tenemos que salir
pero aun hay tiempo para un sueño más,
para oír cómo el mundo se va levantando
sin nosotros. Allá está la guerra,
del otro lado; aquí hay dos
que reposan como si nunca fueran
a separarse, como si estuvieran
inmersos, no necesitaran oxígeno
y no les interesara llegar a ninguna orilla,
igual que esos cadáveres apilados en fosas
donde el día y la noche ya no se distinguen
a no ser que un sonido como el golpe
de una pala contra la tierra sea capaz
de cimbrarla o de abrirla como una noticia.
Para amar habría que tener la persistencia
de las madres que reclaman como perras hambrientas
la justicia; que levantan las piedras y el estiércol sin guantes,
que se acuestan con las manos y los ojos sangrando
y para quienes dormir, amanecer y estar de pie
significan algo distinto, para quienes tienen
que reaprender a diario cómo hacer cada cosa
y amarrarse antes que las agujetas, las entrañas,
pues es lo único que resta para no perder el juicio.
Algo recuperamos cuando volvemos a ser animales,
al ser bestias la violencia más vital regresa a nosotros:
el deseo de matar por hambre, pero también a todos
aquellos que sólo por divertirse nos hacen daño.
Esto es lo que pasa en cualquier país en guerra,
dijiste anoche y al sentir tu boca en la mía
recordé las lenguas mutiladas por los asesinos
y volví a besarte como un molusco de postal japonesa,
e iniciamos otro tipo de lucha que me hizo creer
que entonces el amor estaría afuera. A tu lado
me sentía todavía retozando como una puerca
que ha recordado de pronto el sentido de su vida,
y dormí con la tristeza del que está satisfecho
hasta que el ruido me hizo abrir los ojos de nuevo.
Aún con la lluvia y el sueño pegado a la nuca
regresé más tarde al mundo, donde el barrendero
apilaba las hojas arrancadas de los árboles
y el panadero sacaba del horno las charolas
e iba ordenándolas en los aparadores esperando,
a la par que la nota roja, al primer cliente del día.
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12. |
Arena
00:19
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Arena
Nadie escribió la historia.
Y quienes la olvidaron
están siempre naciendo.
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13. |
Frontera
00:38
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Frontera
Pegaba el oído
al martilleo de los trenes.
Se ausentaba por ruido.
Sentado junto a la ventana
contemplaba a su padre,
sordo a otras voces
que no fueran la suya.
Las cosas de las que huía
regresaban a vengarse.
Ciega, la memoria oye:
el sonido es una antorcha
encendida dentro de un pozo
en lo más oscuro de la noche.
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14. |
Paradiso
00:24
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Paradiso
En el origen del mundo
se alzó un árbol,
un álamo solitario
cuyos frutos no sirven de alimento.
Sobre él, un ángel lanzó un rayo.
Su destrucción auguraba la errancia
como un nuevo comienzo.
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15. |
Ojos de Piedra
00:33
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Ojos de piedra
Los santuarios se construyeron
con el sudor de la sumisión.
Al fondo de los templos
viven mudos sus espíritus.
No son nada más que un murmullo
que vibra en el silencio.
No son nada sus ojos de piedra
peregrinando en largos sueños,
que apaciguan a los enfermos
como apacigua un espejismo
a los viajeros al borde del camino.
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16. |
Tambaque
00:43
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Tambaque
Por donde alguna vez hubo un río
llegamos hasta otro; descendimos
por caminos distintos hasta su cauce.
Nos sentamos juntos en una roca
marrón, cetácea, de lomo resbaladizo.
La corriente arrastraba nuestros pies
purificándolos de aquella caminata,
como eran en principio los bautizmos.
Nuestra sangre comenzó a correr a otro
ritmo, y ante la prisa del río, emulamos
a las piedras, que ayudadas por el agua
cantaban a coro una lengua secreta.
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17. |
Obstáculo
00:34
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Obstáculo
¿Cuánto tardó la piedra en hallar esa forma,
en llegar al sitio donde la llamaste obstáculo,
donde permanece, a pesar de no estar anclada,
y su apariencia te engaña con ser inmutable?
Debajo de ella, la tierra descansa y vibra,
mientras la piedra inicia su discreta migración,
por erosión o abrasión, hacia la arena.
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18. |
Especie
00:54
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Especie
Sale del ojo de la coladera, y rápida,
con el peligro a cuestas, traga lo que encuentra.
Sensible de oído desciende para salvarse
al escuchar cualquier ruido, anticipándose
al exterminio que desean a su especie.
La rata quisiera vivir a la intemperie, pasearse
erguida, con lentitud y gracia en las alturas,
dormir al sol en la cama la siesta de la tarde.
No ser nerviosa, jorobada, sucia y agachona,
pero aquí lo distribuyeron todo por familias,
y en vano lucharía por ascender a un sitio donde
el sistema o el miedo o el asco igual la matarían.
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19. |
Job
00:19
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Job
Me apostó Dios con el Diablo.
Todo cuanto tenía ardió.
Quedé pendiendo sólo del pellejo,
como un pollo en el mercado.
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En El Bus Mexico City, Mexico
En El Bus es el estudio y sello de Asgard Mendizábal. Viajamos al futuro desde el 2006. Hemos producido y editado varios álbums que de seguro conoces.
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